El FMI dio visto bueno a la revisión pero exige más ajuste en el país

El organismo de crédito pidió «una mayor restricción en el gasto público» para lograr el déficit fiscal primario cero. Indicó, asimismo, que existen «buenas perspectivas» para la recuperación gradual.

El FMI dio a conocer un comunicado en el que informó que la misión técnica que visitó Argentina el mes pasado llegó a un acuerdo con las autoridades locales sobre el programa económico. Tras este visto bueno, el país podría acceder a un nuevo tramo del crédito stand by por u$s 10.800 millones, tras la aprobación del Directorio Ejecutivo del organismo. En la reseña se elogian los esfuerzos para promover la estabilización de la economía, pero indican que la inflación sigue alta y que se deben enfocarse en una “mayor restricción del en el gasto gubernamental” durante 2019.

Los resultados se conocieron a través de una declaración de Roberto Cardarelli, jefe de la misión que visitó el país entre el 11 y el 22 de febrero y mantuvo conversaciones que continuaron en Washington luego del final de la misión. En el comunicado se elogian los esfuerzos y la determinación de las autoridades nacionales por “abordar los desequilibrios macroeconómicos y promover su plan de estabilización económica”. No obstante, reconoce que “la actividad económica ha sido débil” y que “la inflación mensual sigue siendo alta y romper la inercia inflacionaria será un proceso largo”.

En los mercados se descuenta que la tercera revisión del programa argentino por parte del Directorio Ejecutivo del FMI -que tendrá lugar “en las próximas semanas”- tendrá un visto bueno, un dato clave en momentos en que el Gobierno intenta llevar tranquilidad al mercado de cambios.

Cardarelli sostuvo que “los altos déficits fiscales y externos, los dos desequilibrios al centro de la crisis financiera de 2018, se encuentran en medio de una corrección significativa”. También se señala que la actividad económica fue débil, pero el Fondo cree que “hay buenas perspectivas para una recuperación gradual”.

En materia de control de la inflación, los técnicos del FMI dieron “la bienvenida a la decisión de las autoridades de extender el crecimiento monetario de base cero hasta noviembre y de disminuir el ritmo al que aumentarán los límites de la zona de no intervención”. Esta medida restrictiva anunciada la semana pasada por el titular del Banco Central, Guido Sandleris “contribuirá a reducir la inflación y a volver a anclar las expectativas de inflación”, según el Fondo.

En el comunicado también se afirma que las autoridades han cumplido con su objetivo de déficit primario de 2018, pero advierte que “lograr un déficit primario cero en 2019 requerirá una mayor restricción en el gasto gubernamental”. Según el FMI, “estos esfuerzos colocarán a la deuda de Argentina en relación al PBI en un camino decisivo a la baja”. También se considera “fundamental” que los programas de gasto social de alto impacto se conserven durante este año y más allá.

El personal técnico apoyó asimismo el “plan del Gobierno para realizar subastas de divisas diarias transparentes y anunciadas previamente (de u$s 60 millones por día que comienzan a mediados de abril) para satisfacer las necesidades de gasto fiscal del gobierno federal de u$s 9.600 millones”.

Una de las pocas novedades es que, según el comunicado, “en la medida en que la moneda esté más apreciada que la zona de no intervención del Banco Central, las ventas se realizarán directamente al Banco Central en la cantidad correspondiente a su anunciada política de compra de divisas no esterilizada”, es decir, asegura la punta compradora (el BCRA) al Tesoro en el caso que el dólar se encuentre por debajo de la zona de no intervención. En medios del mercado se considera que no se avanza mucho con esta medida, ya que el problema para las autoridades se presentaría si el dólar supera la banda superior (no inferior) de la zona de no intervención.

A tono con el discurso que viene sosteniendo el Fondo a favor de los sectores vulnerables, en el comunicado se señala que “apoyamos firmemente los esfuerzos de las autoridades para mitigar el impacto social de las políticas de estabilización necesarias, incluso a través de aumentos recientemente anunciados en el gasto social (que se ajustarán al programa a través de un aumento en el gasto de asistencia social de 0.2 a 0.3 por ciento de PBI).”

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